El bebe que no sabía que había nacido (05/06/13)

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MÉXICO, D.F. (Agencias) El ginecólogo griego Aris Tsigris compartió en redes sociales una fotografía de un hecho insólito: un bebé que pasó por todo el trabajo de parto "sin romper la fuente". El saco o membrana que envuelve al bebé y al líquido amniótico en que éste flota, estaba intacto.

Un evento natural sumante raro de presenciar. La impactante imagen ha dado la vuelta al mundo con una rapidez inusitada, gracias al fenómeno de las redes sociales: el extraño nacimiento ocurrio el 12 de marzo pasado durante un parto por cesarea practicada a una mujer en Amarousion, al norte de Atenas. La fotografía ya ha compartido más de 8 mil veces.

El Dr. Tsigris hizo la fotografía con el bebé todavía unido a la madre por el cordón umbilical, explica que debido a ello en ningún momento la salud del bebé estuvo en riesgo. Explicó que debido a que el saco amniótico no se había roto, el bebé no se dió cuenta de que había nacido y se comportaba como si todavía estuviera en el vientre de la madre.

El saco amniótico es una bolsa de líquido dentro del útero, donde el feto se desarrolla y crece. También se conoce como el 'membranas', debido a que el saco está hecho de dos membranas llamadas el amnios y el corion.

La bolsa está llena de un líquido claro, pálido, en el que flota y se mueve el bebe hasta su nacimiento. El líquido amniótico es principalmente agua, pero desde aproximadamente la semana 10 en adelante, el bebé agrega pequeñas cantidades de orina en el líquido.

El saco amniótico se desarrolla pocos días después de que la mujer concibe. Está lleno de un fluido que a la vez que amortigua la posición del bebé para que no reciba golpes, también es su alimento. El fluido también mantiene una temperatura constante para el bebé. La cantidad de líquido amniótico aumenta gradualmente durante el embarazo hasta las 38 semanas, cuando se reduce ligeramente hasta que nazca el bebé.

Normalmente el saco amniótico se rompe por sí solo durante el parto, lo que comúnmente se conoce como 'romper aguas " o "romper la fuente”. El Dr. Tsigris añade que la posibilidad de que el saco amniótico quede completamente intacto después del nacimiento es "muy rara" por lo se quedó "sin aliento" por la visión del recién nacido. Dijo que no hubo ningún riesgo para el bebé, ya que seguía unido a la placenta y comenzaría a respirar por sí solo tan pronto como el saco se rompiera.
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